Hola a todos!!! 🤗
Hoy voy a hablar de un temita que levanta debates, y de una vez advierto: Yo soy milenial, y por eso no puedo -y no quiero- dejar de aprovechar las ventajas tecnológicas con las que he crecido; me gustan, me parecen divertidas y, bueno, lo confieso, hasta me he sentido tentada a usar filtros.
Y vamos a admitirlo ¡los filtros son un hit! O sea, podemos lucir bronceados sin tener que exponernos al sol (y dañar la piel con los amenazantes rayos uvb, uva). Podemos cambiar lo que no nos gusta de nuestra facciones, blanquear los dientes y hacer que nuestros ojos se vean grandes, almendrados, etc. PERO que no te confundas... porque detrás de esa foto perfecta que nos dio un montón de likes está nuestra cara real, y entonces viene la pregunta ¿cuál es el costo para nuestra autoestima?
¿Estamos locos o qué?🤔
Empecé a leer sobre este tema después que una amiga me contó que se tomó una foto y, antes de ponerla en su perfil, le preguntó a tres personas qué les parecía… y las tres le dijeron que no servía para foto de perfil, que las selfies no eran lo suyo; en resumen, que se veía mal. Pero alguien la maquilló con alguno de esos filtros de Snapchat o Facetune, y la foto triunfó.
Yo vi la original y, en serio, no me pareció mal, pero creo que ya nos estamos acostumbrando tanto a que la gente salga perfecta en las fotos que nos choca ver gente real, con imperfecciones, fotos que no parezcan de revista. ¡Qué susto!
Me puse a chismosear sobre el tema y encontré una investigación del Boston Medical Center (BMC) researchers in a JAMA Facial Plastic Surgery Viewpoint, ¡y ahí sí me quedé como loca…!
Resulta que, por muy divertidas y geniales que sean estas aplicaciones, esa perfección ficticia se convierte en la norma y eso ha cambiado la percepción de belleza de la gente en todo el mundo. Y la cosa es tan seria que está afectando el autoestima de las personas a tal punto que algunos, sobre todo la gente que se la pasa manipulando las fotos para buscar validación en las redes sociales, están desarrollando algo llamado trastorno dismórfico corporal (TDC). El artículo dice que este trastorno afecta a alrededor del 2% de la población y es de esos llamados obsesivo-compulsivo.😰
El TDC, así se le dice a esa “preocupación excesiva por una falla percibida en la apariencia”, se manifiesta en personas que hacen todo lo posible para ocultar sus imperfecciones, y a veces hacen cosas que no son nada saludables; o sea, cosas como pellizcarse la piel, visitar a dermatólogos o cirujanos plásticos para cambiar su apariencia de una forma drástica, etc.
Miren lo que dijo uno de los investigadores:👇
"Ha surgido un nuevo fenómeno llamado 'Dismorfia de Snapchat', dijo Neelam Vashi, MD, director del Ethnic Skin Center en BMC y la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, "donde los pacientes buscan cirugía para ayudarlos a aparecer como las versiones filtradas de ellos mismos." Y luego dijo que: "Las selfies filtradas pueden hacer que las personas pierdan contacto con la realidad, creando la expectativa de que se supone que debemos lucir perfectamente arreglados todo el tiempo (…) Esto puede ser especialmente perjudicial para los adolescentes y las personas con TDC.”
¡Otra info interesante!👇
En Corea, ha surgido el término misma cara para describir este fenómeno. Un único estándar de belleza para los rasgos faciales, que se han idolatrado tanto, y ahora es tan alcanzable a través de una industria de belleza y cirugía cosmética multimillonaria, que no es raro ver este mismo rostro varias veces a la semana, en diferentes mujeres.
Ahora, si... la pregunta del MILLÓN:👁
¿Qué relación tiene esto con la industria de skin care?
Pero en este blog, aunque nos interesa demasiado la salud integral de todos, nuestro fuerte es el Skin Care, así que les voy a decir cómo esta tendencia nos está afectando en esta área.
· Primero, nos ponemos a comprar productos de cuidado de la piel con la falsa esperanza de tenerla como en la foto con filtros. Luego nos decepcionamos o le echamos la culpa a los productos que estamos aplicándonos por no tener la eficacia que en nuestra mente creemos que puede tener.
· Vemos las fotos de la gente normal, o sea, ya no sólo gente de la farándula que se muestra “perfecta” en las fotos, sino que es el vecino, el compañero de la escuela, etc., y pensamos que todos tienen pieles perfectas menos nosotros que nos vemos en el espejo día a día.
· Tratarse un granito de la piel, a través de skin care y buenos hábitos es un proceso que toma tiempo, paciencia y dedicación en la vida real, mientras que con un filtro, basta con dar click para borrarnos el granito. A la larga, esto puede producir ansiedad, depresión y falta de confianza.
Si te ha pasado cualquiera de estas cosas, bienvenido al club, te estás volviendo loco. En serio, a todos nos ha pasado, es una frustración horrible no lograr verse como ese estándar de belleza de los filtros. Pero ya que sabemos que eso hasta puede convertirse en un trastorno, ¡pues metámosle el freno a la locura y entendamos que la perfección NO EXISTE! Sólo podemos ser la mejor versión de NOSOTROS MISMOS, midiendo no con el lente distorsionado de las redes, sino del amor personal, el auto cuidado, el respeto y la valoración de quienes somos.
Además, no necesitamos la aprobación de nadie, tenemos que aprender a sentirnos felices con nosotros mismos y, como lo he dicho en otras ocasiones, cuando nos cuidamos la piel, cuando nos consentimos y nos tocamos la cara para aplicarnos un producto, para hacernos una exfoliación ¡nos estamos amando y eso no tiene precio!
Blogger: Priscila P.
